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Una empresa familiar, de larga data
En 1898, mientras Julio Argentino Roca asumía por segunda vez la presidencia de la nación, dos escoceses radicados en el país fundaban Machinnon & Croll, una importadora de whiskies scotch, gins y tés de Ceylán.
En esa aventura empresarial –en la Argentina no había moneda propia, por lo que Roca creó el Peso Moneda Nacional- estaba metido un nativo: Pablo Juan Dellepiane, quien con 15 años empezó a trabajar en la firma como un empleado más.
Con el paso de los años, uno de los escoceses murió y el otro decidió nombrar a Dellepiane como socio. Para 1925, el otro escocés muere y la falta de interés de su familia por continuar el negocio le dejó a Dellepiane el camino libre para dirigir él mismo la empresa. Para ese entonces, Marcelo Torcuato de Alvear estaba al frente de los destinos de la Argentina.
Hoy en día, a 118 años de aquellos inicios, la tercera generación de los Dellepiane continúa con la firma. “Hacer una empresa familiar no es de un día para otro. Yo soy la tercera generación de la empresa. Mi papá la hizo crecer en la década del 70 y 80 y ya está la cuarta generación trabajando”, cuenta Miguel Dellepiane, gerente comercial y nieto del fundador.
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En tantos años, la historia de la empresa fue cambiando. “Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial no podíamos importar y ahí mi abuelo comenzó a fabricar localmente”, narra Dellepiane. “Luego, en 1950, nace la marca de coñac Tres Plumas y ahí se da el gran salto de la empresa. Al frente ya estaba mi papá, quien pasó de una fábrica chica a comprar otras dos. Y en 1975, por el nivel de producción, unificamos todo en una sola planta en San Martín”, dice sobre aquellas épocas de oro.
Esa misma época coincidió con el auge de la coctelería nacional. “Entre 1950 y 1960 tuvo su tiempo de gloria y ahí coincidió nuestra época de oro como empresa”, dice. Ahora, el revival de los tragos de autor y la coctelería le dio un segundo aire a los licores y a las bebidas espirituosas. “Ahora que revivió lanzamos una línea de alta gama para el barman profesional. Eso nos permitió reinsertarnos en el canal de las barras”, asegura.
La producción de licor no es lo único que quedó de los inicios, sino que también aquellos valores perduran hasta hoy. “Mi abuelo nos transmitió la cultura del trabajo y del ser buenas personas. Por ejemplo, mi papá, con 89 años, va todos los días a trabajar cinco horas por día”, relata.
Los reyes del fernet
Entre 2012 y 2014, 420 mil hogares comenzaron a comprar fernet, según datos de Kantar World Panel. Sin embargo, 20 años antes, los Dellepiane tuvieron una idea: ¿por qué no fabricar la combinación perfecta de fernet y gaseosa, todo embotellado en una botella de 330 centímetros cúbicos y listo para tomar?
“Lanzamos el primer fernet con cola listo para tomar y tuvo un gran impacto inicial”, recuerda Dellepiane. Sin embargo, el furor de los primeros días fue cayendo. “La gente no quería tomar una única proporción de fernet con cola, así que el producto no tuvo el éxito que esperábamos”, se lamenta pero aclara que eso no los detiene para innovar.
“Tenemos un proyecto en carpeta: estamos pensando en innovar con un licor vinculado a alguna bebida como el vino. Y estamos evaluando destilados de alta gama. Hemos evaluado licor sobre base de una infusión, como el mate, pero eso no lo vemos tan desarrollado para hacerlo. Sí el licor en base al vino”, se esperanza.
Autor/Fuente: Joaquín Garau / Apertura.com