Las empresas familiares (EF) surgen del cruce de tres instituciones de nuestra sociedad –familia, empresa y patrimonio- que se encuentran en permanente cambio. En este documento presentamos siete tendencias que las atraviesan, describimos el modo en que impactan en ellas, y postulamos prácticas que las EFs pueden adoptar para servirse de las tendencias en su beneficio.
Nos interesa acá concentrarnos en el tipo más numeroso de EFs, las MiPyMEs (microempresa + pequeña y mediana empresa), es decir, organizaciones que tienen hasta unos 200 empleados. Las EF grandes, usualmente más maduras y formalizadas, están afectadas por otro conjunto de tendencias, algunas de las cuales coinciden con las de este documento.
Entendemos que éste es un trabajo abierto al enriquecimiento de nuestros lectores: nuevas tendencias, nuevas prácticas posibles para hacer del impacto una oportunidad de desarrollo.
Tendencia 1: La vida es más extensa
Vivimos más años, con más salud. En nuestro país, la Argentina, la expectativa de vida creció de 66 a 76 años en el último medio siglo. Los hábitos de alimentación y actividad física tienden hacia una forma de vida más saludable que antes, ayudados por los avances en la medicina. De acá a un cuarto de siglo, se estima que la población de más de 65 años de edad pasará del 9% actual al 25%.
Impacto en la EF
Los fundadores, las generaciones mayores en general, se retiran más tarde, o directamente no se retiran y siguen trabajando. Entre las causas observamos:

• Se sienten bien y plenos.
• No quieren resignar los ingresos económicos que provienen de su remuneración, en tanto el monto que percibirían como jubilados es menor al de la remuneración como trabajador.
• No han generado un patrimonio por fuera de la EF cuya renta podrían percibir como ingreso económico que sustituyera a la remuneración.

Esto impacta de lleno en los sucesores, que ven retrasado su momento de dirigir la empresa de acuerdo con sus criterios, generando frustración y roces.
Prácticas posibles en la EF
Que los integrantes de las generaciones mayores dejen en manos de otros las responsabilidades ejecutivas (referidas al día a día de la empresa) y se concentren en las responsabilidades directivas mayores. Para que esto sea posible, generar espacios específicos de diálogo y decisión, llámese directorios, reuniones de staff o el nombre que cada empresa prefiera.
Así, los mayores resignan poder –en tanto se distribuye en un colectivo–, pero conservan autoridad, en tanto siguen contando con el reconocimiento de los demás a la hora de contar con su opinión en temas de relevancia. El colectivo toma entonces las decisiones mayores, y así las voces de los sucesores ganan peso relativo, dando lugar a una etapa de la empresa que posiblemente se extienda en el tiempo, donde las salidas y entradas de los decisores son paulatinas y la organización gana en estabilidad.
Respecto de la fuente de sustento de quien va dejando la empresa, las buenas prácticas apuntan a que a lo largo de los años quien dejará en algún momento la empresa vaya generando un patrimonio por fuera de ella. Si eso no ha sucedido, puede ser oportuno diferenciar entre los inmuebles en los que opera la empresa y los demás activos que forman parte del capital de trabajo, y ver si es posible que la propiedad de estos inmuebles quede fuera de la empresa, y que sean alquilados por ella. Así, la empresa paga una renta por operar en ellos, y sus propietarios, a esta altura unos dentro y otros fuera de la empresa, percibirán una renta que no fuerce a sostener puestos de trabajo y remuneraciones artificiales.
Asi el autor presenta en el articulo 7 tendencias, con sus correspondientes impactos y practicas recomendas.
Tendencia 2: Varias generaciones cohabitando
Tendencia 3: Las nuevas familias
Tendencia 5: Nuevas condiciones del empleo
Tendencia 6: Nuevas tecnologías
Tendencia 7:    Del crecimiento al emprendimiento
A modo de conclusión
Las tendencias presentadas, el impacto que significan en las EFs, y las acciones de remediación que éstas pueden tomar para anticiparse, resistir o apalancarse tienen el valor de una puesta en la mesa para empezar a colaborar con ustedes que leen este documento. En ningún caso el espíritu ha sido el de afirmar verdades; se trató de presentar dimensiones problemáticas que nos lleven a pensar y eventualmente a actuar.
Autor: Diego Bercovich. Asesor de Empresa Familiar. Socio Investigador Académico del IADEF.
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