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¿Quién paga la cuenta?
Si en algo estamos todos de acuerdo es que la pandemia que estamos atravesando nos sacó a todos de nuestra zona de confort. Sabemos que esta situación va tener altos costos de salud, de vidas; como así también económicos y morales. Sobrevivir al virus es un desafío para todas las personas físicas y jurídicas, públicas y privadas.
Debemos hacernos cargo de los gastos, como todos los meses, los salarios, los impuestos, los pago de cuanto compromiso económico se haya asumido y para ello el Estado Nacional, que mediante el DNU 297/2020 estableció el “aislamiento social, preventivo y obligatorio desde el 20 hasta el 31 de marzo, y que posteriormente prorrogó hasta el 12 de Abril inclusive; está emitiendo una serie de medidas de emergencia pública en busca mantener un cierto equilibrio en medio de la tormenta, a modo enunciativo detallo algunas de ellas:
-DNU 310/2020- Ingreso familiar de emergencia.
-DNU 311/2020 – Abstención de corte de Servicios en caso de mora o falta de pago de servicios esenciales.
-DNU 312/2020 – Suspende cierre de cuentas bancarias.
-DNU 315/2020 Establece bonos estímulos por la efectiva prestación de los servicios de salud
-DNU 318/2020 Establece pago extraordinario al personal de seguridad y de defensa-
-DNU 319/2020. Hipotecas. Congelamiento de valor de cuota y suspensión de ejecuciones por el término previsto.
-DNU 320/2020 de Emergencia Publica habitacional, congelando alquileres y suspendiendo ejecuciones hasta el 30 de Septiembre de corriente.
Puntualmente en relación a las MiPymes, el Banco Central de la República Argentina reglamento créditos con una tasa nominal anual del 24% debiendo destinarse al menos el 50% al capital de trabajo, también la simplificación del trámite para acceder al Programa de Recuperación Productiva (Repro) de sectores más afectados, que tengan hasta 25 empleados.
Y entre tanto home office, e hiperconectividad, hay una cita viral que circula por redes sociales y que me llama la atención, la misma dice: “Creíamos que el 2020 habría autos voladores, y aquí estamos aprendiendo a lavarnos las manos”.
Yo la modificaría y diría; en el 2020 hay transportes maravillosos que no todos están viendo, y también estamos aprendiendo cosas increíblemente básicas.
Lo que quiero decir con esto es que existen elementos que pueden ser el pivot para superar esta crisis; quizás es el momento de incorporar un sistema de gestión de la calidad que le agregue valor a la empresa, o sumar herramientas de las Fintech para aumentar las ventas futuras, ¿Por qué no buscar espacios de coworking que puedan contener las necesidades de la empresas?; o utilizar este momento para lograr un brand awareness; son herramientas de las que pueden valerse las grandes corporaciones y también la micro, pequeña y mediana empresa, plantear esto implica desde luego una profesionalización a nivel empresario y una nutrición interdisciplinaria indispensable para abordarlo con éxito, asesorándose en las áreas de interés con profesionales responsables y especializados en la materia, sea cual sea la misma.
Y por otro lado, entender que el virus viene como un espejo a mostrarnos que hay aspectos básicos y elementales que hasta este momento estuvieron descuidados. Si alguien está bien pero su entorno o parte de él, está mal, el que aparentemente está bien, en realidad no lo está, y tarde o temprano el malestar se va a manifestar. La mejor forma cuidar la salud de las empresas, es que las mismas tomen la decisión de asumir la responsabilidad social que les corresponde, sea cual sea su tamaño, tomando conciencia que la empresa exitosa no será la que más facture sino la que más facture y más ayude al medio donde se desarrolla.
Volviendo a la pregunta del título, ¿Quién va pagar los costos?
-Los de salud, en primer lugar los enfermos y la familia de los que no se recuperan, y en segundo lugar la sociedad en su totalidad, toda vez que es posible que salir de esta crisis, nos encontremos con un amigo, un vecino o un compañero de trabajo menos a causa del virus.
-Los Económicos, los pagaremos todos, en mayor o menor medida según el lugar que nos toque.
-Los Morales, ojalá también lo paguemos todos, lo paguemos dándoles valor a todos lo que hoy están en el frente de batalla cuidándonos como sociedad, acompañándolos el día mañana en sus luchas venideras y reconociendo la importancia y trascendencia de su labor.
En definitiva, si todas las medidas tomadas y por tomar por parte de los gobiernos y de las empresas, son efectivas o si son suficientes, lo sabremos cuando todo esto haya terminado, lo que sí sabemos y debemos tener presente es que por selección natural se van a preservar las empresas, sobre todo en el universo de las MiPymes, que hayan sido capaz de adaptarse, de proteger y contener a todo su equipo; como así también de incorporar una visión y una función que agregue valor social desde el desarrollo productivo de su área o rubro.
Al final de la pandemia todos vamos a tener disponible el resumen del costo que pagamos individual y colectivamente, hasta tanto eso pase les propongo pensar el COVID-19 y sus efectos, como un tren, y tomando el modelo del observador, intentar que en lugar de situarnos a la orilla del andén, mientras el tren pasa y nos agobia el sonido, y nos sentimos expuestos a que en su velocidad nos lleve puestos; busquemos tomar distancia, para que el ruido deje de ser tan fuerte, quizás hasta se vuelva una melodía agradable o no; y si bien no veríamos sus detalles, veríamos su extensión, su dirección y tendríamos mayor campo de acción para poder ejercer nuestra libertad, de la que hacemos uso en cada una de las decisiones que tomamos y por la cual SOMOS RESPONSABLES.
Autora: M. Victoria Juárez. Abogada. Socia Activa de IADEF.