Mitología y narrativa de la familia empresaria
Sea que escuchemos con indiferencia la historia de la comercialización de un invento en los Estados Unidos del siglo XIX, o que leamos con embeleso la autobiografía de un pionero del comercio electrónico en la China contemporánea, o que captemos repentinamente el brillante significado de la historia de la fundación de un supermercado por unos inmigrantes europeos en la Costa Rica de los años cincuenta, encontraremos siempre la misma historia de forma variable y sin embargo maravillosamente constante.
Sin embargo, el valor del verdadero y extraordinario aporte creativo del relato es para la familia, especialmente si tenemos la capacidad como guías del proceso de identificar los diferentes elementos que le dan estructura y sentido a la historia, ordenando sus personajes, la secuencia de los eventos y el significado de sus mensajes. Entender el lenguaje de la mitología familiar y el comportamiento de los procesos narrativos, puede ayudarnos a transformar positivamente el propósito del legado y el significado de su transmisión a las siguientes generaciones. Las empresas familiares que fomentan una cultura de conexiones entre generaciones y una visión a largo plazo incluyen un sólido conjunto de valores familiares e historias que se transmiten a las próximas generaciones.
A lo largo de estos años de nuestra práctica de la consultoría en los procesos de transformación de familias empresarias que buscan profesionalizarse, los elementos comunes en su narrativa al momento de reconstruir sus historias fueron cada vez más evidentes. Todas ellas, de alguna manera u otra, giraban en torno no tanto al personaje como al mito del emprendedor fundador y de cómo éste vence sus adversidades, se crece y se transforma en el más importante de los elementos de la narración, del que todo lo demás se conecta y depende para construir el origen del patrimonio compartido y la identidad de la familia empresaria.
Independientemente de la generación que se encuentre al mando, de si este personaje se encuentra vivo o no, o de la actual situación financiera del patrimonio, escucharemos una y otra vez en cada caso la misma historia protagonizada por un personaje principal. Y es mi percepción, desde mi experiencia de consultor, que escucharemos cómo la familia empresaria construye su propia historia basada en el arquetipo del héroe.
El antropólogo Joseph Campbell publicó en 1949 “El Héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito”, y desde entonces revolucionó por completo la forma en que entendemos las historias, combinando elementos psicológicos propuestos por Carl Jung sobre los símbolos y arquetipos, con la identificación de coincidencias en pasajes religiosos, leyendas, tradiciones y cuentos de todo el mundo, y propuso el término monomito como estructura mitológica universal, aplicable a todas las sociedades o grupos de individuos que han construido, a lo largo de al menos tres generaciones, una identidad colectiva.
Poco tiempo después apareció Antonio J. Ferreira, un investigador de Palo Alto que comenzó a acuñar el término “mito familiar” como una representación unitaria, correspondiente a un mecanismo homeostático que tiene por función
mantener la cohesión del grupo, como una válvula de seguridad que impide al sistema familiar deteriorarse y eventualmente destruirse. Se trata de convicciones instaladas en el inconsciente del individuo, aceptadas a priori casi como algo sagrado, que ninguno de los miembros puede contrariar o desafiar, a pesar de las evidencias que se pudiesen presentar, pues previene al sistema de la amenaza de la desintegración o del caos. En los años 60 del siglo pasado, Murray Bowen, observó los patrones específicos de comportamiento transmitidos a través de innumerables generaciones, definiendo la psique como el resultado de todos los factores de condicionamiento cronológico que la rodean. Para Jung, el inconsciente era parcialmente colectivo, pero para Bowen lo consciente e inconsciente era totalmente colectivo.
El viaje del héroe
En el monomito, Campbell describe al héroe en función del recorrido que hace por las diferentes etapas de un viaje, que lo transformará de una persona ordinaria, en el portador de la justicia para su comunidad. En el extenso catálogo que describe en su obra, cita las historias de Hércules, Afrodita, Cristo, Cristóbal Colón o Quetzalcóatl, como algunos de los ejemplos de personajes universales que se identifican con el patrón del viaje del héroe, el cual se divide en tres etapas básicas o actos de narración: la separación del mundo, la penetración a un tipo de fuente de poder y el regreso con una vida crecida.
El héroe es originalmente un personaje sin atributos especiales que habita en un mundo ordinario, pero que emprende un viaje a raíz de una llamada (la cual inicialmente rechaza), para adentrarse en otro desconocido, lleno de poderes, personajes y eventos extraños. Una vez atravesado el umbral que lo separa de su mundo de origen, el héroe se enfrentará a diferentes tareas y pruebas, solo o con ayuda. Sin embargo, existe una prueba clave que deberá vencer para poder superar la muerte y recibir una recompensa. Después, deberá decidir si regresa al mundo ordinario con el don adquirido. Si el héroe decide volver, se enfrentará a nuevos retos en el camino de regreso al mundo ordinario, incluyendo la aceptación o no por parte de los que no han abandonado su mundo original. Si el retorno se realiza con éxito, la bendición o recompensa se podrán utilizar para mejorar a su gente y traer justicia. Existe una conexión entre el mito del
héroe y el modelo del emprendedor como agente de cambio. En algún momento de su extenso trabajo, Campbell llamó al empresario el «verdadero héroe» en la sociedad capitalista estadounidense.
Hacer consciente lo inconsciente
La reconstrucción de la historia nos ayuda a ordenar y dar un significado coherente a su mensaje y valores, ya que la mayor parte de la estructura de las narrativas de la empresa familiar (especialmente las de segunda y tercera generación), se basa en el mito del fundador. Más allá de la funcionalidad cohesiva del mito en el sistema familiar, su capacidad creativa nos permite darle sentido a la realidad y construir un futuro con significado. Desde el punto de vista neurológico, la misma maquinaria que reúne todas las piezas para revivir el pasado, puede reunir algunas de ellas con otras piezas para simular futuros. El cerebro entreteje recuerdos del pasado y los sueños del futuro para crear el sentido del ‘yo’. Una vez que uno aprende a fluir con las imágenes de una manera más abstracta, comenzará a desarrollarse una psique más flexible.
Pensar simbólicamente es el arte de la hipótesis. Entender y reconocer el pasado propone una forma de validar toda la experiencia humana y allana el camino para la creatividad y la flexibilidad. Según Lansberg, 2020, “como especie, estamos muy limitados para imaginarnos un mundo del que no conocemos mucho”. Este enfoque integrador y exploratorio revela innumerables vías para llegar a mejores relaciones, menos conflictos y una manera más eficiente de trabajar en grupo.
El storytelling en general nos permiten entregar a las familias empresarias aprendizajes que se quedan impresas en su consciencia utilizando sus propios lenguajes, cultura y valores. No es la experiencia de la vida misma, sino el significado que les damos. Una vez que entendemos eso, tenemos la capacidad de cambiar la historia y la realidad. “El secreto es: conócete a ti mismo (¡conoce a tu familia!)”. El viaje del héroe en particular como herramienta de sanación se basa en el poder del monomito, fragmentos de información que han apoyado la vida del hombre, las civilizaciones y las religiones formadas a lo largo de los milenios, y tienen que ver con profundos problemas internos, misterios internos, umbrales de paso.
Autor:
Guillermo Salazar
Profesor internacional invitado por IADEF
Traspaso generacional: dos historias contrapuestas
Mantener la empresa familiar de generación en generación
Comments (2)
Nelson Cury Filho
07 Mar 2021 - 10:29 amParabéns pelo evento.
Clau
21 Mar 2021 - 10:06 pmMe parece tan nuestro el relato.
En Paraguay el fundador se erige realmente en un mito.
Dificil de igualar, acercarse a tanta perfección. En conflictologia ese es uno de los puntos mas vulnerable s