¿Es posible? ¡Es MUJER!

¿Es feliz? ¡Es MUJER!

No es difícil enmarcar y remarcar a la MUJER en la empresa familiar.
De aquellas que he conocido, a todas sin excepción, las atraviesa el ciclo de vida de la empresa en su propia vida.
De aquellas que he conocido, todas sin excepción, atraviesan el ciclo de vida de la empresa con su propia vida.
Tarde o temprano. Ex ante o ex post.

Ella.

Hija amorosa con su padre, hermana mayor ante el fallecimiento prematuro de su madre, compañera incansable del hombre con quien se eligió.
De los tres es SOCIA, FAMILIAR y EJECUTIVA de la Empresa Familiar que comparten.
 

Ella.

Declama haber “comprado todos los números” del sorteo para ordenar la continuidad de su empresa familiar.
Reconoció no poder resolver el conflicto sin ayuda.
El momento era crítico.

Quien debía resolver, no se atrevía a decidir

Quien se quería quedar, debía irse

Quien se quería ir, debía quedarse

Entonces.

Ella buscó asesoramiento profesional, convocó a  SOCIOS-FAMILIARES-EJECUTIVOS, puso sus “razones” sobre la mesa, miro de frente, hablo con firmeza, propuso respuestas a preguntas silenciadas por años, provocó la continuidad de la empresa fundada por su padre hace más de 50 años.

 ¿Es posible? ¡Es MUJER!

 Hoy.

Acompaña a su padre en su segunda viudez, vive la armonía que su relación fraternal le propone, proyecta su vida con el hombre con quien se eligió.
Comparte en el día a día, los temas de la empresa con su padre, sosteniendo los valores de la fundación: esfuerzo, visión, trabajo, ética, respeto y más.
Sabe que volverá a ser socia de su hermano en el futuro: planifica, consulta, propone.
Dirige y crea el futuro junto con el hombre con quien se eligió: una empresa profesionalizada, diversificada, abierta a la consulta de profesionales externos.

 Planea.

Un retiro joven, no traumático, elegido, proyectos con sus hijas, seguir viajando con parejas amigas, una casa nueva frente al mar.

 ¿Es feliz? ¡Es MUJER!

Autora: Silvia Batista. Consultora de Empresa Familiar.