El asesor internacional Fernando Nogales Lozano, miembro del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (IADEF), desarrolla la importancia de profesionalizar tu Pyme.
Cuando analizamos la profesionalización de las Empresas Familiares, una de las características deficitarias más sorprendentes es la escasa y casi nula formación económica existente en sus Órganos de Gobierno. Desde la Asamblea de Accionistas (compuesta en la mayoría de los casos sólo por accionistas familiares), pasando por los Directorios, reuniones de dirección, Consejos de Familia y equipos de gerencia, puedo asegurar que la formación económica es casi nula.
Bien es cierto que no se puede decir lo mismo (y por tanto, confundir) con la Formación Financiera y Contable existente en las empresas familiares. Tanto la Formación Financiera como la Formación Contable, al menos en sus Directorios y equipos de gerencia, en general, es buena, incluso excelente.
Pero ello no es suficiente para garantizar la viabilidad de la empresa. Y lo sabemos porquela mayoría de las empresas familiares que entran en crisis, incluso en quiebra, lo hacen no por haber tomado equivocadas decisiones internas, basadas en sus límites de riesgo, control presupuestario, fondos de tesorería, reservas, etc.; caen en crisis y quiebras por hacer proyecciones de la demanda externa (que mayoritariamente no dependen de la empresa), sin conocer el funcionamiento de los ámbitos y políticas macroeconómicas.
En general todas las empresas están viendo que conservando la calidad de sus productos y servicios, incluso conservando su nivel de liderazgo en sus mercados de pertenencia, su nivel de solvencia y competitividad económica está menguando.
Por tanto, respecto de la crisis que están viviendo las empresas familiares, sus causasfundamentales no están en su funcionamiento interno, están en los ámbitos que ellas no controlan: los mercados, las políticas monetarias, los gobiernos y sus bancos centrales, etc., etc.; es decir, en la macroeconomía. Ciencia ésta que en su mayoría desconocen los Órganos de Gobierno de las Empresas Familiares.
Por supuesto, este déficit de formación macroeconómica ha existido siempre en las Empresas Familiares, pero eran menos imprevisibles sus efectos cuando las economías de los países eran “domésticas” y la información de los mercados estaba más cercana, pero no como en la actualidad, que la economía de los países se ha globalizado.
Hoy ningún Directorio de una Empresa Familiar puede diseñar un Plan Estratégico con viabilidad de éxito, si entre sus componentes, al menos algunos de ellos, no tienen bastante formación en macroeconomía. Hoy, no ya el medio plazo, sino el corto plazo es razonablemente predecible sin un análisis macroeconómico de los entornos en los que está o quiere estar la empresa familiar en cuestión.
Pero si dicha buena formación económica es exigible a todo Directorio de cualquier empresa familiar, no lo es en exclusiva, también la buena formación económica es necesaria en los Consejos de Familia, pues la mayor parte de ellas, en paralelo a ostentar la propiedad de la empresa familiar, tiene otros patrimonios (financieros, inmobiliarios, etc.) que han de rentabilizar con la misma eficacia, como si de otra empresa se tratara. Y no es lo mismo invertir la riqueza familiar en un país que en otro, en un sector que en otro, en una moneda que en otra, etc.
Pero sería un error pensar que en una empresa familiar la formación económica debería de existir solamente en los Directorios y en los Consejos de Familia, y no en el resto de los propietarios familiares, cuando en la mayoría de ellas, cuando sus Asambleas Familiares están compuestas solamente por accionistas familiares. La Asamblea de Accionistas es el Órgano Soberano por excelencia de toda empresa y tiene poder, por ejemplo, para aprobar no solamente los Planes Estratégicos de la compañía, incluso tiene el poder para cambiar todo el Directorio (y por extensión, si los accionistas son todos familiares sirve lo mismo también para el Consejo de Familia).
Bien poco una Asamblea Familiar puede acertar en su función soberana de aprobación o no de los Planes Estratégicos, si en el accionariado familiar hay nula formación económica para analizar las repercusiones a futuro de las decisiones que los Directorios y Consejos de Familia toman hoy. Cierto que la formación económica de un accionista familiar (al igual que la formación financiera y contable) no es exigible que sea en el mismo nivel de especialización que en el caso de los componentes del resto de los Órganos de Gobierno; pero de ahí a que sea nula hay un gran trecho. Y más cuando hablamos de empresas familiares, en dónde de manera reiterada he visto que las empresas mejor gestionadas son aquellas en las que sus Asambleas Familiares están compuestas por “accionistas activos”.
Por tanto, la formación económica es hoy de vital importancia para todas las empresas familiares y quiero indicar con ello, que no sólo para las grandes empresas, también y sobre todo para las pymes familiares. Las grandes empresas en situaciones de crisis macroeconómicas como las que estamos viviendo, suelen sortear mejor sus imprevistos. No sólo porque en sus fundamentales Órganos de Gobierno tienen componentes especializados en economía y macroeconomía, sino porque tienen mejor acceso a las fuentes de información macroeconómica y, porque suelen tener más y mejores accesos a los proveedores financieros.
Las crisis macroeconómicas, si bien es cierto que afectan a las grandes empresas (caso, por ejemplo, de Lehman Brothers), su número, si bien es simbólico, cuantitativamente es ínfimo (sin embargo, para todas aquellas pymes que por razones de subcontratas o similares tenían relaciones estrechas con ellas, o estaban en el mismos sector, el número de pymes desaparecidas ha sido inmenso).
Justamente porque las Pymes familiares tienen menos recursos financieros, menos acceso y en peores condiciones a los mismos, menos cercanía a fuentes de información económica y macroeconómica en tiempo real; y sobre todo, justamente, porque en las últimas dos décadas hemos pasado de una economía doméstica a una economía global, la formación económica de las familias empresarias, para su viabilidad futura es hoy, no una necesidad, sino una exigencia.
Autor: Fernando Nogales Lozano Consultor Internacional de Empresa Familiar, autor de numerosos libros, profesor y miembro del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (IADEF).