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“Cuentas Claras… Familias Unidas y Negocios Rentables”
Sabemos bien que las Empresas Familiares tienen una serie de características, positivas y negativas, que las distinguen de las demás, y a partir de las cuales se generan sus fortalezas, debilidades y oportunidades. Una de estas características son precisamente los lazos que existen entre los miembros de la familia (los lazos familiares).
Esos “lazos”, fomentan una variable de impacto significativo para las relaciones a futuro: la confianza. El hecho de aprender a confiar en la gente que amamos, principalmente en nuestra familia, nos ayuda a desarrollar actitudes que nos permiten “ponernos a trabajar” y “despreocuparnos por los controles”.
“Confiar“, viene del latín confidare, que significa encargar o poner al cuidado de alguien algún negocio u otra cosa. Depositar la confianza en alguien implica que no se necesita tener más seguridad que la buena fe (creemos en esa persona) para concederle aquello que consideramos valioso. Indudablemente, para generar confianza debemos hacer saber a los demás que sucederá lo que se espera de nosotros (que cumpliremos), de manera que puedan mantenerse firmes y seguros ante nuestras futuras actitudes (comportamientos previsibles).
Cuando la familia empresaria tiene una dinámica familiar sana, suele existir confianza entre sus miembros, lo cual resulta positivo, pues significa que se refuerzan constantemente el compromiso y la cooperación entre los mismos, tanto dentro como fuera de la organización. Es decir, no importa si trabajas o no en la empresa familiar, si participas o no activamente en su Gobierno o incluso en su Propiedad, lo que realmente vale es que quieres que TODA la familia se vea beneficiada; para ello, te comprometes tanto a trabajar activamente por la empresa, como a cuidarla y protegerla (a nivel de patrimonio).
La confianza, en el ámbito de la empresa familiar, puede incluso llegar a sustituir las evaluaciones profesionales o la rendición de cuentas. Sin embargo, conforme la familia crece, no hay que dejar todo a la buena voluntad y al compromiso: Incluso entre familiares, tenemos que poner reglas; dejar acuerdos por escrito, y fomentar la transparencia (rendir cuentas). Sólo así podremos prevenir roces y falsas percepciones a futuro.
Bien dice el conocido refrán: “Cuentas claras, amistades largas”… En este caso: “Cuentas Claras…Familias Unidas y Negocios Rentables”.
Autora: Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez. Consultora de Empresa Familiar
Fuente: Blog de Rosa Nelly Trevinyo-Rodriguez