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¿Cuáles son los elementos que anteceden a una crisis en la Empresa Familiar?
¿Cuáles son los elementos que anteceden a una crisis en la Empresa Familiar? Un estudio a empresas permitió identificar algunas razones.
En este artículo intento identificar los antecedentes de las crisis en las empresas familiares. Las crisis se definen como conflictos prolongados que amenazan la salud de la relación entre la familia y la empresa, es decir, pérdidas de unidad y compromiso que afectan a una parte significativa de la familia propietaria.
1. Pérdida de confianza entre los miembros de la familia
En todos los casos estudiados, fue la causa principal. Al intentar ahondar en este antecedente para averiguar qué había detrás, se encontró un antecedente «de segundo nivel» en forma de retos estratégicos. Cuanto más ambicioso es el reto, mayor es el riesgo de que genere un conflicto, lo que, a su vez, puede dar lugar a una crisis estructural.
2. Disminución del amor de los propietarios por la empresa
No sólo cuando disminuye la cantidad de amor, sino también cuando el amor deja de ser «sano». Por ejemplo, algunos miembros de la familia pueden desarrollar un amor «parcial» (centrado bien en la empresa, bien en la familia, pero no en el sistema empresa familiar en su conjunto) o un amor «inmaduro». Nuevamente se encontró un antecedente «de segundo nivel», a saber, las diferencias básicas entre los actores implicados. Estas diferencias pueden describirse en términos de valores, cultura, competencias, historias personales, perspectivas, etc.
3. Existencia entre los accionistas de creencias y visiones diferentes con respecto a la familia y la empresa
Los casos estudiados demuestraron que la confianza y el amor proporcionan a la familia la energía necesaria para buscar la mejor visión y no detenerse ante las primeras opciones. Un amor insano y una falta de confianza pueden favorecer la formación de visiones incompatibles y alentar a los miembros de la familia a aferrarse a ellas en vez de intentar comprenderse unos a otros
Está demostrado que las crisis tienen mucho más que ver con la familia que con la empresa y que los problemas son siempre más complejos de lo que parecen, y habitualmente radican en la relación entre miembros de la familia que no son aparentes a primera vista o no tiene vinculación directa con la empresa.
Hay alarmas que indican la posibilidad de que un tema acabe desencadenando emociones potencialmente negativas, repercutiendo en el sistema Empresa Familiar, explican Grant Gordon y Nigel Nicholson. Estas son:
- Cambio de comportamiento de un miembro de la familia.
- Quejas sobre injusticias, vinculada con percepciones en el trato.
- Errores frecuentes de un miembro de la familia: distracción, sobrecarga o estrés.
- Ausencia de comunicación frecuente entre personas que comparten una responsabilidad, tarea o interés.
- Retrasar decisiones importantes.
- Desacuerdos respecto de quién o cómo deben tomarse decisiones.
- Falta de consenso.
- Propietarios con objetivos y dirección poco clara.
- Desconexión de miembros de la familia, distanciamientos del negocio, poca vinculación emocional y económica.
- Sucesión, cuando la generación de más edad prolonga la estancia en el puesto, dirección.
- Nepotismo.
- Falta de planificación.
- No comprender roles y responsabilidades.
- Ausencia de diálogo sincero, vivir de la calma aparente.
- Rumores negativos o alarmistas.
El mejor momento para iniciar un proceso de consultoría de Empresa Familiar es ayer. Aunque hoy mismo es una excelente decisión.
Cuando aun no existen conflictos manifiestos, es el mejor momento porque es preventivo y fortalece el desarrollo de la familia empresaria. No obstante, si las alarmas mencionadas coinciden con alguna realidad que percibas en tu familia empresaria, ocupate. El tiempo por sí solo no resuelve estas cuestiones.
Autora: Natalia Christensen. Consultora de Familia Empresaria y Directora de Capacitacion IADEF