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¿Cómo agrega valor la Mujer en la continuidad de la empresa familiar?
Sin duda, uno de los grandes desafíos que hoy tiene la mujer, es el enriquecimiento de su rol. Pero ¿Como puede hacerlo?
Históricamente el rol de la mujer ha estado fuertemente ligado al espacio privado de la crianza y educación de los hijos, y, generalmente no se la incluía en el mundo de los negocios.
Actualmente esa tendencia está cambiando, el rol de la mujer ha evolucionado a uno más activo y participativo. Hoy en día las mujeres tienen un mayor nivel de formación, pueden gestionar nuevos proyectos, actividades, etc. y desarrollarse tanto en el espacio público como en el privado.
Uno de los rasgos más característicos del siglo XXI es la inclusión de las mujeres en espacios sociales y laborales tradicionalmente ocupados por hombres. Esta irrupción se produce dentro de un amplio y profundo proceso de transformaciones de las prácticas sociales y mentalidades colectivas, que, a partir de la segunda mitad del siglo XX fue perfilando cada vez con mayor nitidez nuevas representaciones de la mujer.
Sin duda, uno de los grandes desafíos que hoy tiene la mujer, es el enriquecimiento de su rol.
Respecto a la empresa familiar, aunque muchas veces las mujeres no están implicadas formalmente en la empresa, desempeñándose en un puesto determinado, juegan un papel decisivo en el futuro de la misma.
En realidad, no se trata de si trabajan o no en la empresa, sino que, desde la posición que ocupen ya sea desde la familia consanguínea o política, jueguen un rol saludable en el mantenimiento, fortalecimiento de la unidad y armonía de la familia con la empresa.
Sabemos que uno de los puntos críticos de la continuidad de las empresas familiares es la sucesión del liderazgo y de la propiedad. Si nos remitimos entonces a sucesiones exitosas, vemos como las cónyuges de los directores generales, (sucedido y sucesor), han desempeñado una función clave, aunque a menudo invisible. Han estado en el fondo de casi todas las historias de transiciones generacionales exitosas.
Dentro de este rol saludable, las mujeres pueden desempeñar funciones únicas entre las que se encuentran la administración del legado de la familia, la gestión emocional de las relaciones familiares, la facilitación de la comunicación abierta y explícita. También en la preparación de la siguiente generación y transmisión del amor y cariño por la empresa. Hay generaciones que crecen totalmente desapegados de la empresa que fundaron sus padres o abuelos.
Este rol de líder emocional es crucial, sobre todo para la salud a largo plazo de la empresa familiar. Encontrar quien lo desempeñe no es tarea fácil, sobre todo cuando se trata de descubrir a alguien de la familia que cultive la unidad familiar y cuide de que todos se sientan valorados en sus roles individuales y profesionales.
Hoy en día es fundamental la educación de la familia empresaria, desde la cual la mujer puede pasar del rol informal al formal dentro de la empresa familiar, ocupando un espacio en alguno de los diferentes órganos de gobierno, ya sea en la asamblea familiar, consejo de familia, directorio, etc.
Autora: Mg. Lic. Raquel Beatriz Lucero. Especialista en Empresas de Familia. Miembro del I.A.D.E.F. Sede: San Juan