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Qué es un fideicomiso y cómo ayuda a evitar una sucesión
En la Argentina existen varias formas posibles de planificar la herencia y el fideicomiso es una de las más usadas por sus altos beneficios.
Al planificar la herencia, hay muchas cosas que se deben tomar en consideración y la primera de ellas es la forma en la que la persona transmitirá su patrimonio personal hacia los herederos: las vías más comunes son por sucesión, por fideicomisos o una donación en vida.
Por su parte, el proceso de sucesión no es tan simple, sino que presenta algunas dificultades, altos costos y tiene algunas diversificaciones que también hay que tener en cuenta, como lo explicó el abogado Leonardo Glikin en exclusiva con El Cronista, y quizás el fideicomiso es la forma más conveniente.
HERENCIA POR SUCESIÓN
Glikin, director del Registro de Consultores de Empresa Familiar Certificados – CEFC® del Instituto Argentino de la Empresa Familiar, explicó que una herencia por sucesión puede ser sin testamento o testamentaria.
En el caso de una sucesión sin testamento, dijo el experto, «corresponde que los bienes pasen a los herederos forzosos, que son los hijos en primer lugar, cónyuge respecto de los bienes propios, y no habiendo hijos los padres en concurrencia con el cónyuge».
En cambio, si la sucesión es testamentaria, la persona puede disponer libremente de una parte de su patrimonio. «Habiendo hijos, lo que puede disponer libremente es la tercera parte del patrimonio y habiendo padres vivos, o habiendo cónyuge, puede disponer de la mitad de su patrimonio. A su vez, en caso de que haya alguna persona que sea un heredero forzoso con discapacidad, se puede disponer de una tercera parte más del patrimonio, que le hubiera correspondido a los otros herederos en favor de esa persona con discapacidad», aclaró el abogado.
Desde el lado del tiempo, el abogado opina que, a pesar de que lleve más, una sucesión puede ser mejor que optar por una donación: «a veces el tiempo que demanda una sucesión permite a los herederos acomodarse en su nueva situación y no salir compulsivamente a disponer de los bienes recibidos».
HACER UNA DONACIÓN EN VIDA
La donación es un mecanismo de transmisión de bienes que debe pensarse como un elemento de una estrategia de planificación sucesoria para entenderlo en su totalidad. Pero, ¿qué es la planificación sucesoria? Según lo que explica Glikin, «es el conjunto de estrategias que permiten que una persona, a la que llamamos heredante, o sea el titular del patrimonio, responda a sus intereses y deseos y a las necesidades de su entorno afectivo en un marco de equidad para la transmisión de su patrimonio tomando en cuenta su condición de mortal».
«Desde ese punto de vista se puede encarar una donación a todos los herederos en conjunto, es decir, que los herederos van a recibir el patrimonio y de está manera evitar el juicio sucesorio; o se puede disponer que cada uno de los herederos reciba una parte específica del patrimonio», afirmó.
En esta línea, el titular del patrimonio podría disponer que cada uno de sus bienes pase a alguno de sus herederos con lo cual evita la posibilidad de que los herederos entren en un condominio, lo cual puede ser «muy negativa, si la relación de los herederos no es la mejor», sostiene el experto.
La donación debe hacerse en una escribanía a donde se llevan los títulos de propiedad de todos los bienes y se firma ese contrato de donación bilateral, es decir, «lo van a firmar los titulares del patrimonio y también lo van a firmar los que van a recibir el patrimonio».
Parte de este proceso de donación va a ser la reserva de usufructo para que quienes son los titulares actuales puedan alquilar o eventualmente ocupar los bienes de la donación en cuestión.
EL SISTEMA DE FIDEICOMISOS
Cuando el proceso es sumamente complejo, en lugar de recurrir a la donación o la sucesión, es recomendable recurrir al fideicomiso: es un mecanismo de administración y transmisión de bienes a través del cual una persona llamada fiduciante transmite su patrimonio a nombre de una segunda persona llamada fiduciario para que administre el patrimonio en beneficio del beneficiario.
En este contexto, al cumplirse un plazo dado y con una condición determinada, el patrimonio pasará a manos del fideicomisario, que es, en algún sentido, la estación terminal del fideicomiso.
Particularmente en la Argentina, la característica que tiene el fideicomiso es que el fiduciario solamente puede ser beneficiario, no puede ser ni el fiduciante constituyente ni el fideicomisario.
¿Para qué sirve el fideicomiso? Según Glikin, «sirve fundamentalmente en caso de que uno quiera tomar previsiones para el supuesto de que ocurra algo que no tiene previsto, por ejemplo, para el caso de que fallezca uno de los herederos».
«También puede servir en caso de que haya un miembro del grupo beneficiario o fideicomisario que tenga discapacidad, entonces de está manera se puede administrar el patrimonio más allá de los riesgos que implica esa discapacidad del integrante de este grupo», sostuvo el especialista en herencias.
En relación con las donaciones, según lo explicado por el abogado, en general el fideicomiso se utiliza «cuando hay cláusulas complejas o sofisticadas que tienen que ver con el patrimonio y que probablemente no se pueden incorporar en una donación porque serían cláusulas tan complejas que de alguna manera desnaturalizarían los objetivos y la finalidad de la donación».