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Globalización y Empresas Familiares
El Mundo al revés.
El mundo al revés: mientras el líder chino, Xi Jinping, expuso en Davos sobre la importancia del comercio internacional, Donald Trump asumió con una agenda claramente proteccionista y Theresa May definió los detalles del Brexit. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido el gran garante del comercio mundial, secundado por el Reino Unido, y China -otrora contraria a la apertura comercial- intenta erigirse hoy como el nuevo guardián de la misma.
La apertura al comercio internacional, promovida primero por el GATT y luego por su sucesora, la Organización Mundial de Comercio (OMC), ha traído una enorme prosperidad económica al mundo, tirando del carro del crecimiento de todos los países que suscribieron el acuerdo. Tanto el comercio como las inversiones directas en el extranjero por parte de las empresas han constituido los elementos centrales de lo que hoy se conoce como globalización de la economía mundial y que se traduce en una mayor interconexión e interdependencia de las economías nacionales.
La globalización está hoy en peligro y el mundo parece encaminarse a una etapa más proteccionista. Esto porque, no obstante su éxito en promover el crecimiento, ha sido duramente cuestionada por los países y sectores industriales menos competitivos que, al ser más vulnerables, reclaman que ha contribuido a aumentar la desigualdad en el mundo y los débiles se han hecho más débiles. Y qué ha pasado con las empresas familiares y las familias empresarias, ¿se han beneficiado o les ha perjudicado la globalización?
Dado que las empresas familiares constituyen entre dos tercios y tres cuartos de las economías de casi todos los países -y son transversales a todos los tamaños de empresa-, parece lógico que la globalización las haya beneficiado, porque sino no hubiera crecido tanto la economía mundial. La globalización les ha abierto mercados más allá de las fronteras nacionales y así han podido crecer y desarrollarse. Sin embargo, también les ha traido competencia extranjera a sus mercados locales, lo cual ha hecho que muchas empresas familiares desaparezcan o sean vendidas a multinacionales. Pero la inmensa mayoría que ha sobrevivido se ha vuelto más fuerte y competitiva frente a sus rivales foráneos. En Chile tenemos múltiples ejemplos de ello. De hecho, buena parte de los más de 106 billones de dólares de inversión directa de empresas chilenas en el extranjero, entre 1990 y 2015, ha sido realizada por empresas controladas por familias. Estas son las “multilatinas” chilenas, tales como Falabella, Carozzi o LATAM.
Varios estudios indican que las empresas familiares tienden a ser menos internacionales y a privilegiar la diversificación en su país de origen. Pero una investigación que estamos llevando a cabo con los profesores John Davis de Harvard y Belén Villalonga de NYU muestra resultados un tanto diferentes. Luego de recoger datos de casi 3.600 empresas en 63 países, descubrimos que, aunque es cierto que – en general- las empresas familiares tienden a ser menos internacionales que las empresas no familiares, ocurre lo contrario cuando la familia dueña de la empresa apoya decididamente su proceso de internacionalización en lugar de ponerle trabas.
Es verdad que la globalización puede separar a las familias, dado que algunos de sus miembros deben alejarse de sus padres y hermanos para viajar y asumir posiciones en el extranjero, pero nuestra investigación descubrió que esto no ha sido un gran problema para la mayoría de las familias empresarias. Es más, en algunos casos que hemos escrito de familias empresarias de la India y de China, la familia completa debió trasladarse a otros países para fortalecer sus empresas y, pese al desarraigo que esto produjo en ellos, la familia no se resintió mucho y sus negocios florecieron al desarrollarse internacionalmente. Un mundo más internacional parece ser el signo de nuestros tiempos y las personas y familias hemos aprendido a vivir con ello y a sacar provecho de sus ventajas.
Fuente: http://www.latercera.com/voces/globalizacion-empresas-familiares/
Autor: Jon Martinez